Nuestro sistema de justicia penal tiene múltiples protagonistas e intervinientes, dentro de los cuales sobresale la policía judicial, entendida como función ejercida por diversas instituciones, destinada a prestar apoyo y auxilio de carácter técnico, operativo, investigativo y científico en la investigación y juzgamiento de los delitos. El éxito o el fracaso de las investigaciones dependen, en alto grado, de la actividad de los servidores de policía judicial aunque, obviamente, deben ser dirigidos y coordinados por un fiscal, en sincronía y colaboración mutua en la búsqueda de la verdad histórica. Por ello, la policía judicial debe ser motivo de seria reflexión. Con el advenimiento del modelo acusatorio, en buena hora adoptado en Colombia, han cambiado las funciones y roles de la policía judicial.