El pequeño Pedro esta triste porque llueve y no puede salir a jugar con sus amigos. Su padre decide alegarle el día de una manera bastante curiosa: convirtiendo al niño en una pizza. Pedro se transforma entonces en la masa de una deliciosa pizza a la que sus padres van añadiendo diferentes ingredientes. Una historia divertida y sencilla que nos recuerda a la importancia de compartir y de jugar con los pequeños.