Antonio Rincón Granados se ha sumergido en una minuciosa investigación de los tiempos pasados, para traernos al presente las curiosas formas de las primitivas armas blancas, los complicados andamiajes de catapultas y trabuquetes , la utilización de los primeros cañones y lo que significó ese gran salto a las armas cortas. Tema que Rincón ilustra con sus extraordinarias realizaciones a escala, que nos permiten apreciar el serpentín, primer intento de dar fuego mecánicamente, el enmarañado mecanismo de la llave de rueda, la sencillez de la llave de chispa y el avance del sistema de percusión. La obra de Rincón es única en el mundo, pues hasta el momento no se conoce la primera colección de armas a escala que reuna las características de su trabajo. Cada una de las piezas que intervienen en la fabricación de sus diminutas armas es hecha a mano. Los mecanismos son totalmente funcionales y cumplen con las especificaciones técnicas de cada época, lo que deja ver y palpar al observador su evolución. De ahí que sus miniaturas no compitan con las fabricadas industrialmente o en serie. Lo suyo es un trabajo artesanal de apreciable valor, que nos obliga a hacer un recorrido por la historia.